sábado, 14 de marzo de 2009

Una pisca de Felicidad

Un día soleado, pájaros cantando, pero una honda tristeza en mi corazón....
Cada vez que levanto la mirada lo veo todo rodeado de oscuridad, siendo succionado por la soledad, la tristeza y la melancolía. Cuando conseguiré volver a sentir que alguien me escucha sin tener que callarme nada.
Las horas pasaban y yo seguía caminando sin rumbo ni destino hacia algún lugar en ninguna parte. La tarde se iba introduciendo apagando los calurosos rayos de sol, el cual se agarraba con uñas cortantes al cielo sin intención de soltarlo, pero acabó sucumbiendo a la oscuridad. Todo acaba sucumbiendo en la oscuridad.
Por fin un claro se abre ante mi, el parque en penumbras es mi refugio nocturno. En la oscuridad de la noche una brisa alborota mi pelo suelto y hace que me sobrecoja sobre la fría hierba que cubre el césped. Las estrellas están dispersas por el inmenso cielo oscuro, todas separadas de todas por eternos espacios vacíos, impenetrables. Sola en la penumbra derramo lágrimas sin que a nadie le llegue a importar, todos están felices en sus respectivas situaciones diarias que enfrentan, pero yo ya no consigo fuerzas para soportar el peso de la soledad. Una brisa, ahora cálida, recorre mi espalda y al instante un tacto suave recorre mi cabello peinándolo con dulzura. - Imposible- repite mi fuero interno- nadie sabe donde me encuentro, mis deseos llegan muy lejos, nadie se parara a escucharme...- .
-Hola....- Una voz procedente de mi alrededor poco conocida me habla. Aunque es de noche, nadie está en el parque a esa hora, salvo gente como yo...
Levanto mi vista aún sollozando y le veo, sonriéndome mientras me tiende la mano para ayudarme a levantarme. Le tiendo la mía pero mi intención no es ponerme a su nivel, si no que el se ponga al mio, hago un pequeño esfuerzo y acaba sentado al lado mía.
-Hola.- Digo mientras apoyo mi cabeza lentamente en mis rodillas. Contemplo las hojas de los árboles moverse justo enfrente, todo era como antes, salvo por la compañía que estaba al lado mía.
-¿Qué haces aquí? ¿qué te pasa?- Tontas preguntas a las que no tengo pensado responder. Porque a pesar de su ``interés´´ se que nunca me entenderá.
-No me pasa nada, estoy bien. ¿Y tú que haces aquí?- Inmediatamente después de mi pregunta me contesta, lo sabia solo quería compañía. No le importa lo más mínimo lo que me pase a mi. Bueno no importa, si eso le ayuda a él no voy a irme corriendo.
Pasan las horas, yo sigo mirando al frente mientras le hago preguntas corrientes; ¿Cómo te llamas? ¿Qué haces? ¿Dónde vives..?. Típico interés innecesario que debes mostrar para ser cordial.
-Es hora de irme- Me dice después de dos horas de charla. No me importa si él se va, yo me quedaría mas tiempo contemplando la oscuridad.
-Vale, cuídate.- Contesto inmediatamente con un falso tono de cordialidad.
-Nos vemos.- Se levanta y se aleja adentrándose en los árboles perdiéndose en la oscuridad de la noche. Yo me quedo allí un poco más de tiempo pero ya es tarde así que regreso a mi casa.

El día siguiente es como todos los demás. Me encuentro acompañada pero verdaderamente vacía. Al finalizar las clases y reuniones convenientes vuelvo a hacer el recorrido de todos los días. Al llegar al parque ya ha anochecido. Me siento en el mismo sitio de siempre, donde puedo contemplar las estrellas, los árboles, el río que resplandece bajo la luz de las estrellas. Rodeo mis piernas con mis brazos y apoyo la barbilla sobre las rodillas, mirando fijamente el horizonte donde destaca la mas inmensa oscuridad entre los árboles. Entonces recuerdo al chico de ayer, ¿volverá hoy de nuevo a este sitio?. No lo creo.
De nuevo una brisa cálida hace que me gire mirando hacia la dirección de la cuál ha procedido. Él se acerca lentamente a donde yo me encuentro, se sienta a mi lado igual que el día anterior, solo que esta vez no intenta levantarme, sonrío para mis adentros.
-Hola- le saludo.
-Hola- me contesta él.
-¿Que tal?- Sonrío mientras formulo la pregunta. Pero el está sumido en sus pensamientos.
-Bien. ¿Y tú?- Sigue con la mirada perdida. Vuelvo a llevar mi mirada hacia la inmensa oscuridad recordando cada palabra del día. Recuerdo lo que me han hecho revivir de nuevo, sonrío para mi tristemente y contesto con pesadez.
- Bien, supongo.- La conversación continua, pero esta vez yo estoy mas ``alegre´´. Aunque acabo contándole algo de lo que no me siento muy orgullosa, pero para mi sorpresa él me escucha, sin en teoría pensar en nada. Cuando termino de narrar se queda callado. -Ya esta, no lo ha entendido, si la verdad es que nunca nadie me entenderá.- Pero me equivocaba. Él se enfrento a mi mirada frustrada y vi en sus ojos reflejada la preocupación.
-Tranquilo, no te preocupes... ya lo tengo asimilado.- Mentira, aunque tampoco tengo porque decírselo a él.
-Dios..- Intento evitar carcajearme por su reacción. No recuerdo muy bien lo que me dijo pero me hizo reír a carcajadas en el momento en que casi gritó horrorizado
- Vete de casa, a donde esta tu amiga.
-Es tarde, no puedo. Además, vive algo lejos...- Una sonrisa se extendió por mi rostro al ver su reacción y las cosas sin sentido que decía. No se porque pero me soltó un tostón de más de un cuarto de hora, cosa que nadie antes había hecho. Normalmente se quedaban callados y no me volvían hablar del tema, pero el intentaba comprenderme. Me alegraba saber que por lo menos alguien intentaba entender lo que yo sentía al respecto, que intentaba encajar las piezas sin tomarme por una psicópata, aunque quien sabe lo que estaba pensando en su interior. Me reía por cada cosa sin sentido aparente que decía y por cada cosa peor que yo pensaba. En esos momentos verdaderamente me lo estaba pasando bien. Ya era tarde y debía irme yo esta vez. Me despedí más alegre que el día anterior y me quedé con la frase que más alegría me dio: ``Vete de tu casa, ¡YA!´´ Nunca pensé escuchar eso de nadie. Me reí durante todo el camino, al día siguiente cada vez que me acordaba de la frase. Esperaba verlo de nuevo esa tarde, y así fue. Me reía como nunca cuando hablaba con él, sentía que verdaderamente me comprendía. Y aún ahora lo sigo sintiendo, cada vez que hablamos y decimos nuestras cosas aparentes sin sentido, pero que en realidad a mi me resultan las mas cuerdas de todas. Espero, que un día no muy lejano, pueda darle un abrazo con toda la alegría que él me hace sentir, y que ahora es lo que me mantiene alegre.
Gracias amigo,
Aikoharukaze

3 comentarios:

  1. ¡Joder!
    Que, que ,que...¡no tengo palabras!

    Me dejas to' pillá'.

    o.o

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  2. jaja si verdad??? a que no sabes para quein va dedicado en???

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  3. Yo tampoco lo sabia. XD
    Bueno, mas bien no me acordaba.. x3

    Sí, con los mismo pensamientos? Uii.. que corte! =$

    En fin, me alegro que te gustara. Sigue tu también con la tuya eh.. ^^

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