jueves, 23 de septiembre de 2010

.-*Perdido en la luz*-.

No sé cuanto llevo andando, no sé cuando llegaré, solo sé que espero que todo lo que anduve hasta ahora sirva para algo. ¿Qué cómo llegué hasta aquí?Realmente, no estoy seguro. Estaba sigiendola a ella, a la luz que intenrrumpió en mi cuarto y me cegó, quería saber que era, dónde iba...

Por ello, la seguí, pero no sé donde perdí la noción del tiempo. Cuando me desperté del golpe que me dí estaba aquí, en este sitio nublado iluminado solo por una tenue luz que está en el horizonte. Quiero alcanzarla pero nunca llego a ella.
Sigo andando hacia ella, si hay luz es que tiene que estas la salida por allí.

Estoy cansado, quiero dejar de caminar pero la luz me obsesiona, quiero llegar hasta ella,tocarla, salir, volver a el aire fresco. Las zapatillas me molestan, me están haciendo daño en los dedos chicos de los pies. El hambre me consume, tengo tan vacio mi estomago que juraría que se está devorando a sí mismo.

La luz se vuelve menos brillante, pero ahí está. Sigo corriendo, acelerandome por segundos. ¡Está ahí, la salida! ¡Mi salvación!.

Mi cuerpo se estampa contra algo invisible, algo no me deja pasar. Caigo de espaldas al suelo y después del golpe, un tanto aturdido miro la luz, no tan nítida como antes, a penas brilla.

Me pongo en pie y poso mis manos sobre la superficie, una vez que mis ojos se acostumbran a la ya poca luz noto que me reflejo. ¡Es un espejo! he estado iyendo en la dirección contraria.

Entonces la veo, ella me mira desde el otro lado del espejo, se acerca a mi por la espalda y posa la mano en mi hombro. Lo siento. Su mano está en mi hombro. Me giro despacio y la miro incrédulo.
``¿Que haces aquí?´´ Me pregunta. Su voz suena en mi cabeza, ella ni siquiera ha movio los labios.
Me toco la cabeza, estoy alucinando, seguro. Vuelvo a mirarla, contemplo su mano aún en mi hombro, levanto mi mano y la poso sobre la suya. No, no estoy soñando.
``Deja de mirarla así, es mía. Parece como si pensarás que en cualquier momento voy a desaparecer´´
``¿Y no es lo que vas hacer?´´No me ha hecho falta hablar en voz alta, tan solo pienso.
``No´´
Sonrio, y la miro a los ojos ``Estas muerta, no debes de estar aquí´´. ``No, tú eres el que no debe estar aquí´´.Me acerco a ella, le cojo la cara con las manos y le acaricio la mejilla con el dedo pulgar. ``Estas aquí, eres real, puedo sentirte, tocarte...´´ Pego mis labios a los de ella y la beso con pasión y ternura. La he hechado tanto de menos. Quiero volver a abrazarla, y lo hago. Quiero volver a sentirla en mí, y lo hago. Quiero que volvamos a ser uno, tambíen ocurre, para mi satisfacción.

Acostados encima de nuestra propia ropa le pregunto ``¿Dónde estamos? Ella esboza una amplia sonrisa. ``En tu subsconciente.´´ ``Imposible.´´``Es cierto, estamos dentro de tí, de tu cabeza.´´``Pero es todo tan real, y hay luz, claridad. Te siento, me sientes, no es posible...´´

Ella me calla con un beso. Nos levantamos y vestimos, ``Te lo mostraré.´´

Sigo sus pasos tremulos, me lleva cogido de la mano, su cabello choca contra su espalda, su mano me agarra con fuerza y seguridad. La amo, no he podido olvidarla, no la olvidaré, nunca. Se detiene. Hemos estado andando por el lateral del espejo, siguiendo el camino que marca. Hemos llegado a otro sitio, pero sin niebla, algo brilla en el centro. Algo muy luminoso, grande, que ilumina cada recobeco del lugar.

``¿Qué es eso?´´ Le pregunto. Ella asiente y dice `` Acercate, compruebalo por ti mismo.´´ Me acerco, el brillo es más y más potente, llega un momento en que no distingo nada, me encuentro dentro del brillo y choco contra algo. Una columna blanca se alza ante mi. Tiene una parte de cristal qe deja ver una especie de diamante, no muy definido debido a que es todo luz. ``¿Qué es...esto exactamente?´´. ``Tu alma´´.
La observo, si no fuera por la luminosidad, la calidez que desprende, el aroma a todo y nada a la vez, el brillo que me rodea pero aún así deja que lo vea, diría que es solo un trozo un tanto grande de diamante.

``Bienvenido´´La voz retumba por todas partes. Los pies me tiemblan, no son capaces casi de sujetarme. ``¿Qué hace que mi propio ser me visite? ¿Quién rompe el equilibro entre alma y ser? ¿A quién debo este...honor, osadia?´´
Todo tiembla, el corazón me duele, la cabeza casi palpita a su propio ritmo. Las palabras suena fuertes pero con un timbre de voz casi imperceptible, con todo un conjunto de voces y ninguna a la vez.
``Eso´sigue hablando, todo continua temblando, me acurruco en el suelo, me tapo los oidos y poco después pierdo el conocimiento.


Me despierto, estoy en una cama, paredes verdes, cortinas blancas, sabanas y bata que llevo puesta azules, tubos transparentes, quiza blancos por las sustancias salen de mis brazos. Tengo puesta una mascarilla de oxígeno, aún así me cuesta respirar, la cabeza me da punzadas, el oido derecho me pita...
Alguien entra, una doctora, comprueba mis tablilas de resultados, las constantes vitales y cuando se da cuenta que tengo los ojos abiertos, que la estoy mirando, se asombra, tira los papeles por el suelo, sonrí, y antes de irse, dice; Ahora mismo vuelvo.
Cinco segundos pasan hasta que entra de nuevo como una exsalación seguida por mi médico, supongo. Los dos empiezan a hablar, me hacen pruebas, me cuentan que he estado cerca de dos años en coma, que tuve un accidente de coche en una carretera nacional debido a evital atropellar a un ciervo. Pensaban que nunca me recuperaria, y bla, bla, bla.

Solo palabras. Y yo solo pensando en ella, sé que iba conmigo, sé que ellos saben que lo sé, y sin embargo no me han dciho nada. Ni una sola palabra de su estado. Está muerta. Lo sé.

No dejan que me levante solo hasta la segundda semana, me ducho, sifruto de la sensacion de soledad en la ducha, al hacer mis necesidades, al limpiarme. Estoy solo yo. Solo.
Quiero mirarme al espejo, pero tengo miedo a ver mi aspecto, con cuidado como si temiera que del espejo saliera alguna especie de monstruo, me asomo al el. Mi aspecto es peor de lo que imaginaba. Mi nariz esta considerablemente mas torcida que la última vez que la ví, mi barba es grande y espesa, con ya un par de canas. Los ojos están hundidos y tengo una cicatriz que me ocupa mitad de la parte derecha de la cara. Mi pelo me cae hasta los hombros, un tanto alborotado. Y entonces vuelvo a centrar mi atención en mis ojos contemplandolo mejor, y es cuando la veo,a ella, junto a esa columna blanca....Apoya sus manos en mi retina y me pide algo, algo....
Todo acaba. La cuchilla que me facilitarón para afeitarme se clava en el borde del ojo, aprieto, aprieto, y la cuchilla atraviesa la carne, mi ojo pierde la visión.... Ya no está, ella no está.. la quiero junto a mi, iré junto a ella. Me clavo la cuchilla en la muñeca y hago un corte hacia mí, la sangre comienza a fluir, el dolor no es nada comparado a el dolor interno de mi cabeza. Repito el acto en el otro brazo. Y por fin, ahí está, el brillo me llama, el brillo, se vá y yo me quedo con ella por siempre en la eternidad.

jueves, 2 de septiembre de 2010

*- Isla mahor-*

Me miré al lago, mi reflejo no era nítido, quizá por el golpe que me habían dado en la cabeza. Mi pie estaba atado a la corteza de un árbol y a mi lado un hombre de mi misma edad estaba apoyado contra el. No sabiendo donde me hallaba miré a mí alrededor y me descubrí rodeada de manzanos y naranjos, en mitad de ninguna parte. El cielo estaba despejado y unas breves nubes grisáceas paseaban por el, no había sol, pero la claridad me llegaba.

El hombre gimió, y yo me moví hacia el para darle la vuelta. Estaba en perfectas condiciones, salvo por una pequeña cicatriz que tenia justo debajo el ojo derecho. Abrió los ojos y no se asusto cuando me vio, sin embrago, sonrió como si me reconociera.

-Hana, hacia tiempo que te esperaba.- Susurro el hombre con voz enronquecida.

-No le conozco señor, podría decirme donde me encuentro, si es usted amable.- El hombre sonrió y asintió, hizo ademan de levantarse asique le ayude a asentar bien la espalda en el tronco del árbol.-Estás en la isla Mahor, o isla mayor, es donde envían a las personas como tú y como yo. Nosotros somos aquellos que no saben donde meter, aquellos que no saben como juzgar, aquellos que quedan olvidados mas allá de los limites de los ojos, mas allá de cualquier evaluación, nosotros somos los olvidados.

Cierto que tenia mi misma edad, al menos su cuerpo, pero el ser que estaba dentro parecía tener mas de 150 años, le costaba pronunciar las palabras, y además apenas podía mantenerse erguido. Me di cuenta que el tenia la mano enganchada a la rama, y comprendí el porque de su delgadez. En el árbol que nos encontrábamos ya no quedaba ningún tipo de alimento, no sabia decir si era un manzano o un naranjo, pero daba igual, la fruta que dio alguna vez, ya no la daba.

-Es decir, nos han olvidado más allá del limbo. Usted me esta diciendo que estoy muerta y olvidada, que no tengo derecho a un juicio divino. Y… ¿porque he sido olvidada?

-Mi niña, ¿no has pensado alguna vez que todo lo que hacemos en el mundo es por y para algo? Pues si, es por que lo debemos a los demás, no a nosotros mismos, y es para que igual que los demás reciben cosas de nosotros, nosotros recibamos cosas de ellos. Pero la persona que rompe el equilibrio entre dar y recibir, las personas que en vez de dar, solo reciben o al revés, acaban olvidadas. Por que no se sabe como juzgarlas, si por ser demasiado bondadosa o por ser rácana, quizá tan solo es que han vivido demasiado fácil, o demasiado difícil la vida… pero ellos no lo saben, y por eso, tampoco se les puede juzgar.

`` En mi caso, siempre he sido y seré un mendigo que no recibirá nada de nadie, y por eso morí, porque nadie me ayudaba, porque nadie escuchaba mis palabras, aunque fuesen ciertas la gente ya no escucha como antes, la gente ya no tiene fe, aunque, de eso hace mucho tiempo, ahora ya no perdurara nada…

-Entiendo, yo estoy aquí porque mi vida fue demasiado fácil. Debo salir de aquí, no es por incordiarle pero no quiero acabar como usted. Sabe si hay mas gente como nosotros aquí, ¿Verdad?

-Consiguieron salir, pasar al otro lado del lago. Yo llegue aquí y una pareja de ancianos trabajaban juntos para reconstruir lo que no consiguieron en la vida. Y un día, me desperté, y no estaban a mi lado. De eso hace ya mucho tiempo, pero aquí el tiempo no tiene importancia.

-De acuerdo, trabajaremos juntos entonces.- Me aleje y conseguí coger un par de manzanas que estaban en el suelo, el se encaramo en el árbol y construyó una pequeña despensa. Yo cada día le daba comida y agua, lo duchaba y le contaba historias, lo trataba como a mi propio padre. Él disfrutaba de mi compañía y dejaba transcurrir las horas gozando de lo que yo le daba. Un día alguien llegó y se lo llevo, pero yo, yo me quede allí, esperando mi hora, esa hora que nunca llego…

¿Qué hice mal? ¿Por qué no conseguí mi libertad? Sabía solo una cosa, me quedaría allí por siempre…hasta que descansara de verdad y pensara en alguien que no fuera yo.