viernes, 29 de octubre de 2010

-ÇEntre polvo y rocasÇ-

Agotado, me seco el sudor, y miro a mi compañero con una sonrisa alentadora. Nos queda poco para terminar de trabajar y todos estamos ya muy cansados. Y entonces la tierra tiembla, noto como las rocas se van desprendiendo de la pared. Al principio mi instinto me dice que corra hacia la salida, pero mi sentido común cree que está más cera el agujero. Que es como llamamos a la estancia donde debemos refugiarnos si hay algún percance. Cojo a Mario, mi compañero ya mencionado de la manga y corremos hacia allí. Todos los mineros siguen esa misma dirección. Entonces cuando parece que estamos llegando las rocas comienzan a caer y a golpear a los compañeros mineros. Mario tropieza pero lo ayudo a levantarse, y así todos nos ayudamos unos a otros. Entramos en la sala y las rocas empiezan a tapar casi todas las entradas, dejando pequeños espacios por donde se filtra algo a aire. Aunque aquí abajo, el aire siempre esta cargado de poco oxigeno y mucho polvo que apenas nos deja respirar bien.
Pasan los días, a penas queda algo que comer de los almacenes. El aire es cada vez más denso y nos deja respirar menos. Pero por suerte hoy nos ha llegado una sonda. Todos han vitoreado y Mario, mi compañero le ha escrito una nota a su mujer y la ha amarrado en la sonda en una bolsa de plástico con tiras de goma. No hemos sabido nada más hasta el momento, pero no dejan de llegar sondas y en una de ellas, un compañero; Federico, ha escrito que todos estamos bien y a salvo.
En unos cuantos días volvió una sonda pero entubada que nos traía suero y glucosa, y conforme las horas pasaban llegaban otro tipos de alimentos. Se lo fuimos dando a los más agotados. En unos días nos informaron que cavaban para rescatarnos. Todos tenemos seguridad en ello.
Hoy al fin, vuelvo a ver la luz del sol. Sin nadie que recibirme, me quedo mirando a los demás abrazando a sus familiares. Alegre, abrazo a Mario y estoy seguro de que en esta nueva oportunidad que se me ha dado para vivir, lo haré bien. Viviré de verdad y buscare a mi propia familia.

lunes, 25 de octubre de 2010

*-.(Más allá de las nubes).-*

-Papá, papi.- le toqué la mano fría. Las lágrimas corrían por mis mejillas, buscaban el final de mi cara y caían al abismo.- Papá, prométeme que nos volveremos a ver... ¡Prométemelo!

Él sonrió, estrechó mi mano contra la suya y con un susurro quebrado me contestó.
-Mi niña, mi amada, nos volveremos a ver. Ten por seguro que nunca te librarás de mí.-Sonreí contenta.-Cuándo pasen tres años, volveremos a estar juntos. Te lo prometo, y juntos volveremos a mirar las nubes y contemplar su elegancia.
Me limpió una lágrima, su mano cayó sobre mi hombro. Lloré, lloré como nunca antes lo había hecho. Con 6 años, perdí a mi padre y no había ni un solo día que no contara las horas para volver con él, a su lado.

-----------------------------------

-Han pasado 10 años, todo era mentira. No me vino a buscar a los 3 años, no me quería...no era mi padre. Os preguntaréis como lo sé. Os lo cuento, con la condición de que no lo compartáis con nadie. Solo vosotros, amigos ángeles y yo, un ángel en preparatoria.-Miré a los ángeles que me miraban interrogantes, dispuestos a reprochar cualquier sentimiento impropio, cualquier atisbo de lo que fui y quedó en mi corazón.-No pretendo que lo entendáis, no pretendo que seáis benevolentes, tan solo quiero contárselo a alguien ahora que puedo.

``Al pasar un año del incidente, volví a clases en otra escuela y todas las tardes volvía al parque dónde mi padre murió a mi lado. Mi madre no me echaba en falta, estaba muy atareada resolviendo los problemas en los que se metía mi hermana. Yo no le importaba demasiado, siempre estaba bien, feliz, al menos para ella.
``Un día estábamos en clase y dábamos la lección de los aparatos reproductores. Me hizo mucha ilusión ver que conocía ese temario, así pues, alcé la mano y la maestra me dio el turno de palabra.
-Maestra, ¿verdad que el pene se introduce en la vagina?
``Todos los niños me miraron abriendo mucho la boca, y la maestra se acercó y me pegó un bofetón que resonó en toda la clase. Al instante me puse a llorar, no lo entendía. Me sacó de clase y me llevó al despacho del director. Me regañaron por el hecho de haber dicho algo tan obsceno en clase. A la semana, la psicóloga del colegio pidió hablar conmigo.
-Siéntate-Así lo hice.- Cuéntame porque dijiste eso en clase el otro día.
-Bueno,-tartamudeaba, la garganta se me secaba y las manos se me humedecían de sudor.- no puedo contarlo.
-¿Por qué?
-Él me pidió que no lo contara.-Me encogí de hombros.
-¿Él? ¿Quién es él?- La psicóloga se quitó las gafas y me miró directamente, escrutándome.
-El señor que vivía con mi madre, mi novio.- Me mordí el labio inferior al ver la expresión de la psicóloga.
-Entiendo. Y, ¿qué es lo que hacéis tu novio y tú?
Sonreí, su cara se había suavizado y me miraba con una sonrisa. La garganta se secó más todavía, se cerró, no podía hablar. Las cuerdas vocales me dolían y los ojos me escocían.
-Pues, un día llegó y me pidió jugar a un juego. Me dijo que lo jugaba con mi hermana y mi mamá, así que le dije que sí. Él me quitó la ropa y me tocó en zonas que nunca antes me habían tocado de esa manera. Al principio me avergoncé, pero después confié en él, porque, después de todo, era mi papá.- Sonreí, y una lágrima cayó por mi mejilla. La psicóloga tenía los ojos abiertos de par en par.- Al tiempo me enseñó su pene y lo que tenía que hacer. Juntos lo pasábamos bien, era mi papá, me quería...mucho.

``Me puse a llorar, realmente le echaba mucho de menos. Me gustaban los juegos que compartíamos, siempre en ese campo dónde después de jugar hasta saciarnos, yo nunca me saciaba, nos poníamos a descifrar el idioma de las nubes.
``La psicóloga me abrazó y lloró conmigo. No sabía por qué pero se lo agradecí. Esa misma tarde mi madre me abofeteó, me pegó, me insultó, y lloró. Ella también lloró, mucho más que yo. Después de encerrarme en mi cuarto, se fue al suyo a seguir llorando.
`` ¿Qué es lo que había hecho mal? No entendía nada, no sabía porque mi madre me había pegado, insultado y despreciado. ¿Tanto quería a papá que le molestó que me prefiriera a mi antes que a ella? No lo entendía.


``Pasaron unos 6 meses, mi madre no volvió a ser la misma, no me quería. Mi hermana me repudiaba, no podía estar a menos de dos metros de ella, si no me pegaba. Nos mudamos, no sé bien el por qué, pero nos fuimos a otra ciudad, lejos de todos mis amigos y profesores, de todas formas todos me miraban y trataban mal y raro desde lo ocurrido.
`` Yo solo creía en la promesa que él me había hecho antes de morir. Volvería a por mí. Eso despertaba una esperanza en mi interior que me ayudaba a seguir adelante.
``En la nueva ciudad todos eran muy buenos conmigo, y rápidamente me gané el cariño de todos los de mí alrededor. Estaba feliz, contenta, aunque mi madre y mi hermana no me quisieran, los demás sí. Pero en el fondo sabía que nadie me quería realmente, nadie conocía mi historia ni mi punto de vista, dentro de mí seguía estando sola.

``Al pasar las semanas me hice muy amiga de una niña muy amable, callada y tímida. Lo hacíamos todo juntas y nos veíamos después de clase para estudiar. Ya no me sentía tan sola, y un día decidí contarle todo. Para mi sorpresa me sonrió y me preguntó:
-¿Y tú, cómo estas? ¿Que piensas de todo eso? ¿Como te lo tomaste?
`` Yo le sonreí a su vez, intenta al fin de escuchar las preguntas que tanto ansiaba tener. Y las respondí con detalles, detalles que nunca le había dado a nadie...
-Yo me siento muy sola desde que él no está, era el único de la familia que se fijaba en mí, era el único que me quería y necesitaba. Pienso que si no hubiese tenido a alguien como él, no hubiese podido ser como soy. Pienso que quiero volver a verlo y demostrarle lo que sus acciones han hecho en mi persona. Quiero agradecerle lo que hizo, porque si no hubiese hecho eso, no sería lo que conoces ahora.
-Cierto, pero, ¿no crees que se propasó contigo? Hacer eso está mal, todo el mundo lo dice...
Me encogí de hombros.
-Sí, se que está mal, pero después de todo, al menos me quería para algo, y eso es lo que a mí me importa. Mi vida cambió con sus actos, pero fui yo la que decidí aceptar a jugar, ¿no? También tengo algo de culpa.- Ella negó, y antes de que pudiera decir nada más le sonreí, llorosa y le contesté.- Créeme, desde un principio algo en mi interior me decía que estaba mal, pero necesitaba saber que alguien me necesitaba, por muy rastrero que fuera el acto en el que lo hacia. Yo solo veía a él, con una sonrisa, con caricias que me demostraban amor, y que nunca nadie antes me había demostrado.
``Ella se quedó callada y pensó en lo que yo le había dicho. Después me explicó su forma de verlo y fue la única vez en mi vida, que llegué a sentir algo de calor cuándo me abrazó.
``Sin antes éramos inseparables, ahora muchísimo más. Éramos como hermanas gemelas... pero, siempre hay algo que me separa de mis seres queridos. Así al cabo de unos dos años nos mudamos de nuevo, a otra ciudad distinta. Mi hermana se había ido de casa y mi madre no quería saber nada de ella. Nos fuimos por huir de los problemas a los que mi madre se tenía que enfrentar por culpa de mi hermana.
``Una noche no podía conciliar el sueño, así que dejé a mi mente vagar mientras miraba por la ventana de la nueva habitación. Contemplaba las estrellas y entonces escuché algo en la cocina. Me levanté de la cama y fui a mirar a ver si era mi madre que, de nuevo, se había levantado para tomar pastillas y poder así conciliar el sueño. Pero me llevé una gran sorpresa cuando pude ver la figura de mi padre alzándose en el salón. Corrí hacía él, y cuando ya estaba a punto de llegar mi madre chilló:
-No te acerques a él, Mary. Ni se te ocurra moverte un paso más.- Miré hacía atrás esperando encontrármela medio dormida, pero estaba vestida con un traje negro, y tacones a juego. Venia de la calle, estaba maquillada y miraba al fantasma de mi padre como si ya esperase encontrarlo. -¿Qué has venido hacer aquí?
Se acercó poco a poco a mi lado, me rodeó los hombros con su brazo y me atrajo hacia ella.
-Vengo a por ella, tal y como le prometí. Tal y como he estado viniendo este último año. ¿No me dejarás llevármela?- Sonrió, más no me sentí segura con esa sonrisa. No se parecía en nada a la sonrisa de mi padre.
-Papá, ¿has estado viniendo por mí?-Le sonreí, y mi madre apretó más mi hombro.
-No es tu padre, no le llames así porque no lo es.
-Pero…
-Ella tiene razón, no lo soy. Soy tu novio, ¿recuerdas?-Asentí contenta. Fui a dar un paso hacia el pero mi madre me volvió a tirar del hombro.
-Te he dicho que no te acerques a él. Nunca pensé que tendría que hacer esto así, pero el nunca fue tu padre, tu padre me dejó al poco de tú nacer y este… infeliz, vino a presentarse como mi nuevo marido. Y yo, ilusa de mí, acepte. Cometí el mayor error de mi vida.
Ahora lo entendía todo, o casi todo. El no era mi padre, así que por eso hizo todo aquello, por eso me utilizó, porque en realidad yo no le importaba. Algo en mi pecho se rompió, y sentí como toda mi sangre se helaba y me recorría un sudor frío por la espalda.
-Vete, ella no irá contigo.
-Eso lo tiene que decidir ella.- Me tendió la mano, y sonrió.- Entonces dime, ¿vendrás conmigo a observar las nubes de nuevo?
-Nunca…-Susurré.
-¿Cómo has dicho mi vida?- dijo el en tono burlón.
-He dicho que nunca, nunca más volveré a tolerar que me trates como una marioneta. Al principio me engañaste, pensé que me quería de verdad, pero todo era mentira. Me utilizaste… ¡No eres mi padre! ¡No has tenido nunca ni un mísero sentimiento de cariño hacia mi!...-mi madre me apretó el hombro como para respaldarme.- Ahora sé por que me compadecía de ti. Siempre, siempre, me has dado una terrible pena dentro del alma, algo me decía que necesitabas mi ayuda, ahora entiendo para que… para descubrir que todos tus actos son una terrible equivocación. Deberías de irte, arrepentirte ante Dios, y quizá, algún día recibas la gracia de entrar en los cielos.
Él rió de forma estrepitosa, y parte del suelo de la habitación se resquebrajó, llamaradas infernales salieron y se tragaron el alma del hombre al que un día amé, y por que en una época, hubiese hecho cualquier cosa.
``Por primera vez en mucho tiempo, mi madre me abrazó cálidamente, y me prometió que nunca más me dejaría sola. Pero, una vez más, rompió sus promesas. Al cabo de un par de meses se fue de nuevo a la ciudad donde residía mi hermana y me dejó sola en ese piso no tan nuevo, con esa fragancia a infierno que nunca se iba de la allí desde ese día. Y día tras día en mi mente se volvían a memorar los recuerdos de esos días que pasé con ese hombre, de lo feliz que era entre tus brazos, y te como deseaba volver a mirar las nubes con otra persona. Pero ahora, no tenia a nadie… nadie podía compartir conmigo aquel lugar lejano de nuevo. Y entonces un día el volvió, mi madre no estaba, y yo le temía, le temía muchísimo, pronuncio mi nombre tres veces y antes de salir corriendo a la calle escuche el alarido de placer que soltaba cada vez que se saciaba.
``Crucé la calle sin mirar y sentí como un dolor inmenso me atravesaba de punta a punta todo mi cuerpo. Mi alma contempló mi cuerpo inerte, desangrándose en mitad de la carretera, y pudo ver como un camión que no paro lo suficientemente deprisa, aplastaba mi cabeza contra el asfalto regándolo todo aun mas de sangre.
``Me entraron escalofríos y roge, roge que alguien viniera a buscarme, que no me dejaran allí, contemplando la escena, me acurruque sobre mi misma tapándome la cabeza con las manos y sentí como algo me elevaba.
Sonreí al ángel que me miraba desde lo alto del estrado, contemplando cada movimiento facial de mi cara.
-Gracias, Reguial. Me salvaste, y te lo agradezco, pero, sé que no está en tus manos que permanezca aquí, en los cielos.- Mire a los demás ángeles de la sala.- Solo pido, que se me juzgue por como pensé, por lo que sabia y por como actué aun sabiendo lo que sabia. No pido compasión, pido justicia.
Me incline y salí de la habitación esperando ansiosa a que al día siguiente tuvieran veredicto.
---------------------------------------------

Al día siguiente fui convocada en la sala comuna de nuevo, ya tenían mi veredicto. Uno de los ángeles se adelanto, y poniéndose frente a mí, con las alas erguidas, la cabeza alta y la mirada soberbia dijo;
-Por la vida que llevaste, por los actos cometidos, por los sentimientos que tuviste, por como muestras tu poca vergüenza al haberlos cometido, se te condena a vagar de nuevo como una mortal en el paraíso árido, lleno de hostilidad y amabilidad, odio y amor… No se te excluyen tus culpas de la vida anterior pero se espera de ti que no cometas los mismos errores. Se espera que sepas capaz de vivir concorde a tus criterios, y que no te dejes llevar por la mano de los demás. El día que vuelvas te recordaremos todas y cada una de tus acciones, de esta vida y al que tendrás, y será la ultima oportunidad de juzgarte. Se espera de ti, que no nos defraudes. Ahora, ángel Mary en practicas, conviértete en esencia y disfruta de tu nueva existencia.
Hice una breve reverencia y salí de la sala, dejando atrás todos los ángeles. Me acerqué al espejo de la esencia, dispuesta ya a atravesarlo, pero justo antes de entrar alguien me cogió del brazo. Mire hacia atrás y vi a Reguial con una sonrisa encantadora en los labios.
-Te esperare de nuevo, Mary, y cuando vuelvas surcaremos juntos los cielos y descifraremos el idioma de las nubes.
Le sonreí, y abrí la boca para contestarle cuando el bajó y unió su boca con la mía. Le abrace y toque las plumas de sus alas mientras nos besábamos, y cuando supe que ya era demasiado tarde, me aparte y le mire serena.
-No me prometas nada, no te prometo nada, pero ten por seguro, que daré lo mejor de mi para volver a tu lado.
Y cruce el espejo, me convertí en esencia y mi segunda oportunidad comenzó.

jueves, 23 de septiembre de 2010

.-*Perdido en la luz*-.

No sé cuanto llevo andando, no sé cuando llegaré, solo sé que espero que todo lo que anduve hasta ahora sirva para algo. ¿Qué cómo llegué hasta aquí?Realmente, no estoy seguro. Estaba sigiendola a ella, a la luz que intenrrumpió en mi cuarto y me cegó, quería saber que era, dónde iba...

Por ello, la seguí, pero no sé donde perdí la noción del tiempo. Cuando me desperté del golpe que me dí estaba aquí, en este sitio nublado iluminado solo por una tenue luz que está en el horizonte. Quiero alcanzarla pero nunca llego a ella.
Sigo andando hacia ella, si hay luz es que tiene que estas la salida por allí.

Estoy cansado, quiero dejar de caminar pero la luz me obsesiona, quiero llegar hasta ella,tocarla, salir, volver a el aire fresco. Las zapatillas me molestan, me están haciendo daño en los dedos chicos de los pies. El hambre me consume, tengo tan vacio mi estomago que juraría que se está devorando a sí mismo.

La luz se vuelve menos brillante, pero ahí está. Sigo corriendo, acelerandome por segundos. ¡Está ahí, la salida! ¡Mi salvación!.

Mi cuerpo se estampa contra algo invisible, algo no me deja pasar. Caigo de espaldas al suelo y después del golpe, un tanto aturdido miro la luz, no tan nítida como antes, a penas brilla.

Me pongo en pie y poso mis manos sobre la superficie, una vez que mis ojos se acostumbran a la ya poca luz noto que me reflejo. ¡Es un espejo! he estado iyendo en la dirección contraria.

Entonces la veo, ella me mira desde el otro lado del espejo, se acerca a mi por la espalda y posa la mano en mi hombro. Lo siento. Su mano está en mi hombro. Me giro despacio y la miro incrédulo.
``¿Que haces aquí?´´ Me pregunta. Su voz suena en mi cabeza, ella ni siquiera ha movio los labios.
Me toco la cabeza, estoy alucinando, seguro. Vuelvo a mirarla, contemplo su mano aún en mi hombro, levanto mi mano y la poso sobre la suya. No, no estoy soñando.
``Deja de mirarla así, es mía. Parece como si pensarás que en cualquier momento voy a desaparecer´´
``¿Y no es lo que vas hacer?´´No me ha hecho falta hablar en voz alta, tan solo pienso.
``No´´
Sonrio, y la miro a los ojos ``Estas muerta, no debes de estar aquí´´. ``No, tú eres el que no debe estar aquí´´.Me acerco a ella, le cojo la cara con las manos y le acaricio la mejilla con el dedo pulgar. ``Estas aquí, eres real, puedo sentirte, tocarte...´´ Pego mis labios a los de ella y la beso con pasión y ternura. La he hechado tanto de menos. Quiero volver a abrazarla, y lo hago. Quiero volver a sentirla en mí, y lo hago. Quiero que volvamos a ser uno, tambíen ocurre, para mi satisfacción.

Acostados encima de nuestra propia ropa le pregunto ``¿Dónde estamos? Ella esboza una amplia sonrisa. ``En tu subsconciente.´´ ``Imposible.´´``Es cierto, estamos dentro de tí, de tu cabeza.´´``Pero es todo tan real, y hay luz, claridad. Te siento, me sientes, no es posible...´´

Ella me calla con un beso. Nos levantamos y vestimos, ``Te lo mostraré.´´

Sigo sus pasos tremulos, me lleva cogido de la mano, su cabello choca contra su espalda, su mano me agarra con fuerza y seguridad. La amo, no he podido olvidarla, no la olvidaré, nunca. Se detiene. Hemos estado andando por el lateral del espejo, siguiendo el camino que marca. Hemos llegado a otro sitio, pero sin niebla, algo brilla en el centro. Algo muy luminoso, grande, que ilumina cada recobeco del lugar.

``¿Qué es eso?´´ Le pregunto. Ella asiente y dice `` Acercate, compruebalo por ti mismo.´´ Me acerco, el brillo es más y más potente, llega un momento en que no distingo nada, me encuentro dentro del brillo y choco contra algo. Una columna blanca se alza ante mi. Tiene una parte de cristal qe deja ver una especie de diamante, no muy definido debido a que es todo luz. ``¿Qué es...esto exactamente?´´. ``Tu alma´´.
La observo, si no fuera por la luminosidad, la calidez que desprende, el aroma a todo y nada a la vez, el brillo que me rodea pero aún así deja que lo vea, diría que es solo un trozo un tanto grande de diamante.

``Bienvenido´´La voz retumba por todas partes. Los pies me tiemblan, no son capaces casi de sujetarme. ``¿Qué hace que mi propio ser me visite? ¿Quién rompe el equilibro entre alma y ser? ¿A quién debo este...honor, osadia?´´
Todo tiembla, el corazón me duele, la cabeza casi palpita a su propio ritmo. Las palabras suena fuertes pero con un timbre de voz casi imperceptible, con todo un conjunto de voces y ninguna a la vez.
``Eso´sigue hablando, todo continua temblando, me acurruco en el suelo, me tapo los oidos y poco después pierdo el conocimiento.


Me despierto, estoy en una cama, paredes verdes, cortinas blancas, sabanas y bata que llevo puesta azules, tubos transparentes, quiza blancos por las sustancias salen de mis brazos. Tengo puesta una mascarilla de oxígeno, aún así me cuesta respirar, la cabeza me da punzadas, el oido derecho me pita...
Alguien entra, una doctora, comprueba mis tablilas de resultados, las constantes vitales y cuando se da cuenta que tengo los ojos abiertos, que la estoy mirando, se asombra, tira los papeles por el suelo, sonrí, y antes de irse, dice; Ahora mismo vuelvo.
Cinco segundos pasan hasta que entra de nuevo como una exsalación seguida por mi médico, supongo. Los dos empiezan a hablar, me hacen pruebas, me cuentan que he estado cerca de dos años en coma, que tuve un accidente de coche en una carretera nacional debido a evital atropellar a un ciervo. Pensaban que nunca me recuperaria, y bla, bla, bla.

Solo palabras. Y yo solo pensando en ella, sé que iba conmigo, sé que ellos saben que lo sé, y sin embargo no me han dciho nada. Ni una sola palabra de su estado. Está muerta. Lo sé.

No dejan que me levante solo hasta la segundda semana, me ducho, sifruto de la sensacion de soledad en la ducha, al hacer mis necesidades, al limpiarme. Estoy solo yo. Solo.
Quiero mirarme al espejo, pero tengo miedo a ver mi aspecto, con cuidado como si temiera que del espejo saliera alguna especie de monstruo, me asomo al el. Mi aspecto es peor de lo que imaginaba. Mi nariz esta considerablemente mas torcida que la última vez que la ví, mi barba es grande y espesa, con ya un par de canas. Los ojos están hundidos y tengo una cicatriz que me ocupa mitad de la parte derecha de la cara. Mi pelo me cae hasta los hombros, un tanto alborotado. Y entonces vuelvo a centrar mi atención en mis ojos contemplandolo mejor, y es cuando la veo,a ella, junto a esa columna blanca....Apoya sus manos en mi retina y me pide algo, algo....
Todo acaba. La cuchilla que me facilitarón para afeitarme se clava en el borde del ojo, aprieto, aprieto, y la cuchilla atraviesa la carne, mi ojo pierde la visión.... Ya no está, ella no está.. la quiero junto a mi, iré junto a ella. Me clavo la cuchilla en la muñeca y hago un corte hacia mí, la sangre comienza a fluir, el dolor no es nada comparado a el dolor interno de mi cabeza. Repito el acto en el otro brazo. Y por fin, ahí está, el brillo me llama, el brillo, se vá y yo me quedo con ella por siempre en la eternidad.

jueves, 2 de septiembre de 2010

*- Isla mahor-*

Me miré al lago, mi reflejo no era nítido, quizá por el golpe que me habían dado en la cabeza. Mi pie estaba atado a la corteza de un árbol y a mi lado un hombre de mi misma edad estaba apoyado contra el. No sabiendo donde me hallaba miré a mí alrededor y me descubrí rodeada de manzanos y naranjos, en mitad de ninguna parte. El cielo estaba despejado y unas breves nubes grisáceas paseaban por el, no había sol, pero la claridad me llegaba.

El hombre gimió, y yo me moví hacia el para darle la vuelta. Estaba en perfectas condiciones, salvo por una pequeña cicatriz que tenia justo debajo el ojo derecho. Abrió los ojos y no se asusto cuando me vio, sin embrago, sonrió como si me reconociera.

-Hana, hacia tiempo que te esperaba.- Susurro el hombre con voz enronquecida.

-No le conozco señor, podría decirme donde me encuentro, si es usted amable.- El hombre sonrió y asintió, hizo ademan de levantarse asique le ayude a asentar bien la espalda en el tronco del árbol.-Estás en la isla Mahor, o isla mayor, es donde envían a las personas como tú y como yo. Nosotros somos aquellos que no saben donde meter, aquellos que no saben como juzgar, aquellos que quedan olvidados mas allá de los limites de los ojos, mas allá de cualquier evaluación, nosotros somos los olvidados.

Cierto que tenia mi misma edad, al menos su cuerpo, pero el ser que estaba dentro parecía tener mas de 150 años, le costaba pronunciar las palabras, y además apenas podía mantenerse erguido. Me di cuenta que el tenia la mano enganchada a la rama, y comprendí el porque de su delgadez. En el árbol que nos encontrábamos ya no quedaba ningún tipo de alimento, no sabia decir si era un manzano o un naranjo, pero daba igual, la fruta que dio alguna vez, ya no la daba.

-Es decir, nos han olvidado más allá del limbo. Usted me esta diciendo que estoy muerta y olvidada, que no tengo derecho a un juicio divino. Y… ¿porque he sido olvidada?

-Mi niña, ¿no has pensado alguna vez que todo lo que hacemos en el mundo es por y para algo? Pues si, es por que lo debemos a los demás, no a nosotros mismos, y es para que igual que los demás reciben cosas de nosotros, nosotros recibamos cosas de ellos. Pero la persona que rompe el equilibrio entre dar y recibir, las personas que en vez de dar, solo reciben o al revés, acaban olvidadas. Por que no se sabe como juzgarlas, si por ser demasiado bondadosa o por ser rácana, quizá tan solo es que han vivido demasiado fácil, o demasiado difícil la vida… pero ellos no lo saben, y por eso, tampoco se les puede juzgar.

`` En mi caso, siempre he sido y seré un mendigo que no recibirá nada de nadie, y por eso morí, porque nadie me ayudaba, porque nadie escuchaba mis palabras, aunque fuesen ciertas la gente ya no escucha como antes, la gente ya no tiene fe, aunque, de eso hace mucho tiempo, ahora ya no perdurara nada…

-Entiendo, yo estoy aquí porque mi vida fue demasiado fácil. Debo salir de aquí, no es por incordiarle pero no quiero acabar como usted. Sabe si hay mas gente como nosotros aquí, ¿Verdad?

-Consiguieron salir, pasar al otro lado del lago. Yo llegue aquí y una pareja de ancianos trabajaban juntos para reconstruir lo que no consiguieron en la vida. Y un día, me desperté, y no estaban a mi lado. De eso hace ya mucho tiempo, pero aquí el tiempo no tiene importancia.

-De acuerdo, trabajaremos juntos entonces.- Me aleje y conseguí coger un par de manzanas que estaban en el suelo, el se encaramo en el árbol y construyó una pequeña despensa. Yo cada día le daba comida y agua, lo duchaba y le contaba historias, lo trataba como a mi propio padre. Él disfrutaba de mi compañía y dejaba transcurrir las horas gozando de lo que yo le daba. Un día alguien llegó y se lo llevo, pero yo, yo me quede allí, esperando mi hora, esa hora que nunca llego…

¿Qué hice mal? ¿Por qué no conseguí mi libertad? Sabía solo una cosa, me quedaría allí por siempre…hasta que descansara de verdad y pensara en alguien que no fuera yo.

miércoles, 28 de abril de 2010

_Ç* Caminar*Ç_


-Ya estamos aquí, Maestro.- Yo me encontraba resguardada detrás de él deseando que después de todo me recibieran con los brazos abiertos de nuevo. El Maestro alzaba majestuosamente las alas a su espalda, siempre admiré las texturas de ambas, aunque no se parecen en nada. Una es blanquecina que brilla con luz propia, las plumas son suaves al tacto y cuando se agita da un aire cálido y tranquilizador, la otra es completamente escamosa, escamas azuladas rasposas que te hielan la piel con solo un soplo de aire. El rostro del Maestro siempre está bajo la capucha de su capa, ya que su aspecto a más de uno de los nuevos podría causar un shock.


Me acerqué unos pasos, y el Maestro extendió los brazos protector hacia mi. Me incliné y le saludé como antaño.
-Maestro.- Tragué saliva sintiendo como la mirada de James se clavaba en mi nuca.- Siento haberle abandonado, no pensé que mi pequeña escapada acabara siendo la causa del alejamiento mio para con vos.
-No importa hija.- Hacía mucho que no escuchaba la vos del Maestro, mis pelos se erizaron, mis ojos se cerraron con fuerza y se creó un nudo en la boca de mi estómago que apenas me dejaba pensar.- Un error lo tiene cualquiera. Acércate y muéstrame en la mujer que te has convertido.
Me acerqué, aún sabiendo que lo que él haría no seria abrazarme ni mucho menos. Paf... su mano angelical chocó contra mi rostro, la fuerza del maestro no había menguado en absoluto, salí disparada a la pared y mi columna sonó como si se hubiera roto en mil pedazos.
-¿Crees que podrías volver tal cuál y sin haber matado a los que conocen tu existencia? ¿De verás crees que soy tan estúpido como para no darme cuenta de ello? Tú, James, recógela del suelo y llévala a que termine el trabajo empezado. -Se acercó a mi, me cogió del pelo y estirando de el para que subiera el rostro para encararse me dijo- Si quieres volver a pertenecer aquí, cumple tu cometido.




-Gracias James, ya puedo sola.- Me zafé de su brazo, pero las piernas me fallaron. El seguía con el algodón en la mano intentando limpiar la herida del labio.
-No debería de haberse puesto así.
-Bueno, ya lo conoces, si uno de sus hijos lo abandona e intenta regresar... Ya sabes lo que le hizo a Renial cuando volvió del cielo... Nunca se lo perdonó y ahora está muerta.
-Pero, Ludovica, al menos a ti te dejó vivir. ¿Eso no lo hace piadoso?
-James,- suspiré, y reuní mi mirada con la de él. Él posó su mano sobre mi mejilla magullada, aunque sentía dolor no quería que apartara su mano de mí.- vi como mataba a Renial, a mi propia madre delante de mí, y si eso no fuera poco me obligo a abrirla para que me comí...
Posó sus labios sobre los míos acallando mis palabras, nunca olvidaré el sabor amargo de las entrañas de mi madre discurriendo por mi garganta. Nunca entendí por que mi padre me obligó a hacer tal cosa.
James me abrazó y me llevó hacia él, y poco a poco separó mis labios e introdujo su lengua en mi boca, esa sensación revolucionó mis sentidos, volví a recordar la sensación anterior. La calidez y humedad de su lengua eran un veneno para mis sentidos.
-James...- me separé y entreabrí los ojos para ver como él reclamaba mis labios, mis manos, mi cuerpo.- Debemos ir, debo terminar la misión.
Se incorporó, y ya desinfectadas mis heridas salimos en busca de la víctima.



-¿Es aquí?-
-Sí, ve por la primera planta, yo te esperaré arriba.- James hizo lo que le dije, yo corrí y escalé la fachada. Tenía que encontrar a mi madre adoptiva, puede que a mi padre adoptivo no le importara yo lo suficiente como para creer a mi madre,pero eso no significaría que condenaría a mi madre, la que me había criado con fervor estos últimos 14 años. Entré en su habitación, mi madre estaba atada a el armario y el deshecho de hombre que había sido mi padre tenía el pecho abierto justo por la mitad.
-Ahora, termina la misión.-Susurró el Maestro, mi verdadero padre, en mi oído. Mi madre amarrada me miraba suplicando, me rogaba que no cometiera esa barbarie...

¿Que hacer? Matar de nuevo a mi madre, o por el contrario, enfrentarme a mi padre, el general de los Portadores, la llave entre los mundos, el más poderoso ser de la ranura entre un mundo y otro....