sábado, 21 de marzo de 2009

¿ Sueño o realidad?

-Mamá, ¿qué hacemos aquí? ¿por qué no estamos en casa? ¿Qué es lo que pasa? ¿Me escuchas, mamá? ¿Por qué haces como que no estoy? ¿Qué hacemos delante e esta mansión ? ¿Y quién es con la que estás hablando?¿Mamá...?- Bajé la mirada aún confusa. Una gigantesca mansión blanca se extendía frente a mis ojos, era abrumador. Mi madre conversaba con una extraña de pelo blanco, que me miraba y sonreía tiernamente. Detrás de ella, una chica exactamente igual que ella pero un poco más baja que yo, se escondía y me miraba con ojos traviesos. -Mamá..- dije lo suficientemente alto como para que mi madre se girara sobre sí misma después de cruzar el umbral.-creo que me voy a ir a la biblioteca. Dí la vuelta y me aleje con paso ligero. Ellas no intentaron detenerme y eso me ayudo a no girarme para volver a enfrentarme a sus miradas tristes. ¿Qué era lo que pasaba? No tenía ni idea. En la biblioteca las paredes eran marrones claras, las estanterías ocupaban todo el espacio aunque estaban casi vacías. ¿Y los libros? Busqué por todas partes el volumen que necesitaba. Llevaba ya más de 5 libros y aún no daba con el. Me subí a unas escaleritas para ver el ultimo estante de libros, era extraño pero en cada casillero, que era como se dividían las estanterías, habían una o dos figuritas. En el casillero que tenia un poco más arriba se encontraba lo que andaba buscando. Estiré mi brazo y alcance los cuatro libros principales. Caminaba hacia la gran mansión blanca con unos 11 libros apilados unos encima de otros. Abrí la verja y entre como pude sin que los libros colapsarán con el suelo. Pero uno de ellos se cayó y alguien lo recogió. -No sabia que te gustarán estas cosas. - Una voz burlona salio de por detrás de la pila de libros. No podía ver quien era, pero no pude evitar sonrojarme al escuchar esa voz tan aterciopelada. -No es asunto tuyo lo que me guste o me deje de gustar.-Dije con el mismo tono que él, supuse que era un chico, había tenido conmigo. -Bueno, tampoco es que deba interesarme.-Ladeé un poco mi cuerpo y le vi. Era blanco de piel, el pelo castaño oscuro se alborotaba liso y perfecto en su rostro, tenia las mejillas ligeramente coloradas y una expresión de pasota total, que hizo ponerme a la defensiva. -Bah¡- Dije mientras comenzaba a andar hacia la puerta de la mansión. -Eso, huye.- Sentí el peso del libro otra vez en el último puesto de la escalera de libros. -No huyo, tengo prisa y no puedo malgastar mi tiempo con un crío borde como tú.-Cerré de una patada la puerta principal. Mi madre se aceró y me ayudo con los libros. -Está noche vamos a casa de tú tía. -Me parece bien. En casa de mi tía todo fue normal. Saludé a mi prima al llegar, mi madre dejó una planta en el cuarto de invitados y se marchó. Dijo que volvería aunque yo lo dudaba, y no sabia porque. Entre en el cuarto de invitados, me tumbé sobre la cama y contemple la planta. Entonces le recordé, y un escalofrió me recorrió la espalda y mis mejillas ardieron como nunca antes lo habían hecho. No se cuanto tiempo pase recordándole pero me sentía vacía, quería volver a verlo, volver a la mansión. Recogí mis libros y mi nueva planta y me despedí de mi prima. Salí deprisa y sin pausa del piso, teniendo cuidado con la planta. Al llegar a la verja lo vi, estaba bajo el árbol de la mansión. Levantó la cabeza y sus ojos se cruzaron con los míos. Me quedé paralizada al ver como se acercaba a donde yo me encontraba. Reaccioné rápido, un coche quería entrar, eran amigas de mi onee-chan. Les abrí la verja y entre con paso ligero y firme. Las amigas de onee-chan hacían mucho escándalo. Por suerte aparcaron el coche y siguieron andando. Él me seguía intentando hablar conmigo pero yo no quería. -Hola -Hola. -Has vuelto.- Su tono sonaba alegre. -Solo vengo a dejar unos libros.-Le corte secamente. -Pensé, bueno yo... me gustas. Eres muy guapa y encantadora.-Sonaba entusiasmado y alegre. -¿Perdona?-Me detuve un momento. Inmediatamente después comencé a andar de nuevo. -Pues eso, que ,- Pasaron las amigas de onee-chan en frente suya.- Guau¡¡ Pero que buenas estáis. Sois muy wapas ¡¡eh¡¡-Me miro a mi de nuevo- Eso que me gustas. -.-' ¿ se cree que no me enterado? -No ¡Espera! Ha sido un error.- Corrí hacia la puerta trasera y entre en la cocina. Sus disculpas aún se escuchaban. -¡Has vuelto!- Oí una voz dulce. Alce la vista y vi a la niñita adorable justo enfrente mía y a mi onee-chan sentada en una silla de la mesa del comedor. Su pelo blanco tapaba su cara de preocupación pero yo la conocía demasiado. -Hola, onee-chan. Tus amigas están fuera.-Mire a la niñita adorable.- Mira oneesan, tenemos una nueva planta. Tenia la tierra deshecha y la raiz fuera de la tierra. Con las prisas no me preocupe de ella. -Él no tiene la culpa.- Me dijo en un susurro la niña adorable. -Exacto- exclamo onee-chan. A ver .. explico, este fue un sueño que tuve ... no se quien es el chico, no se quienes son mi onesan y mi oneechan.. no se nada. Fue muy extraño. Comenten y Gracias por leerlo¡¡¡

2 comentarios:

  1. O.O Este fue el sueño...:D Me encanta este sueño tuyo, mola un montón.

    Te Quiero, mi rosa.

    Hasta que mañana tus pétalos rocen de nuevo mi piel, to olor empañee mis sentidos, y tu presencia mi corazón.

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  2. ajja pero si el sueño es una caquita...
    Ademas que no entiendo el final (bueno en realidad no entiendo nada pero en fin...) jajja
    Wiii ya escribire dentro de poco...creo jajaja

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