sábado, 9 de abril de 2011

+

¿Qué pienso? ¿qué opino? ¿qué sentencia ejecuto sobre todo lo que respecta a nosotros? Dime, ¿qué debo hacer? Realmente, no lo sé. Y, no sé si quiero saberlo. ¿Quiero saberlo? Quizás si, quizás no. ¿Importa? Sí, mucho. Demasiado. Miro los actos cometidos y me doy cuenta de mi egoismo. Mi total escentricidad que no me permite mirar a los demás, al menos, no por debajo del hombro, ni frente a frente. Si no con la cabeza erguida, esperando cualquier fallo para correguirlo, para echarlo en cara, para arruinar a lo demás. ¿Por qué soy así? No lo sé. ¿Debo cambiar? Quizás, pero ¿qué camino cojo? Izquierdo, ¿derecho?. O quizás el camino solo sea arriba o abajo. Esa elección es más complicada. Temo bajar porque sé que no podré volver a subir. Temo subir porque creo creer que caeré y no habrá nadie para cogerme. No, no habrá nadie para cogerme, pero seguro que hay alguien para reirse de mi. Aunque, debo arriesgarme. Tomo aire y doy un paso al frente, aún piso suelo. Doy otro más segura, no ocurre nada. Otro más, y otro, uno de nuevo y otro, y sigo avanzando. Confiada entono una melodia, mis pies se mueven al son y entonces, doy de bruces contra esa pared. La cuál colocas ante mi y ante ti. Dices que he actuado mal. ¿Cuándo? ¿Qué? ¿Cuál es la pisada que he dado más fuerte de la cuenta? Cuentame en qué me he equivocado. Qué he hecho mal. Si me lo dices podré contribuir para que no ocurra de nuevo. ¿Qué? ¿Vuelve a ocurrir? ¿Cómo? Intento evitarlo, ¡de verás que sí! ¿No me crees? ¿No crees en mi palabra? Entiendo. Pero, aún así, y a pesar de todo sigues aquí. ¿Por qué? Comprendo. Lo haré, no te defraudaré. Te necesito, no me dejes. ¿Lo hice de nuevo? ¡Santisímo Dios der Cielo! ¿Es qué nunca podré evitarlo? ¿Cómo debo comportarme? ¿qué es lo que hago mal? No contestas. Escucho el eco de mis propias palabras en mi cabeza. No debo pensar, debo ser yo misma, pero te molesta que yo sea así. ¡No puedo ser yo misma! ¿Por qué lo miras así? ¿Por qué me miras así? ¿Crees qué me iré? ¿Qué te dejaré? ¿Crees que te fallaré de nuevo? ¿Es qué no confias en mí? ¡No confias en mí! ¡Oh, cruel destino! ¡Puta arrogante desinflada y ennegrecida! Haces que desconfie de tí. Tan solo deberias dejar de ser así. ¡Deja de ser así! ¿Cómo? ¡Cambia! ¿No puedes? ¡Deja de existir! Entiendo, lo que quieres es que te mire así, con esa mirada de desprecio. Que mire asesinamente a todos. No, ya lo sé. Serenate, muchacha. Sonriele, verás que... no, no funciona. Tocalé, seguro que... me atraganto con mi propia saliba. ¿Por qué me mira con esa expresión de asco? ¿Por qué no quiere que le toque? ¿Por qué me da un manotazo? ¿Qué he hecho? ¡Me desprecia! ¡Me desprecia! Una y otra vez, ¿qué intentas? Dejalo, das asco, das pena. ¿Qué pensará él? No lo sé, en sus ojos se adivina el rencor, el odio, el asco...pero,¿lo pensará de verdad? No sé, ¡No lo sé!. ¿Cómo puedo sabero si no para de mirarme así? Calma, ya está. Sonrie. ¿Ves? Se le pasó. Te coge la mano, te la beza. Te sonrie. ¡Qué sonrisa! ¡Cómo lo amas! ¿Por qué? No lo sabés. Pero cuando te mira con esa mirada cálida y te sonrie demostrandote que eres la única, qué sólo estas tú. ¡Un momento! Ya no lo hace. A mirado a otra, ya no te mira. Observa a los demás. No estas tú sola. Bueno, no importa. Bajar la mirada no sirve. ¡Sonrie! ¡Ya sabés que él no mira a otra! Sonrie, así. Bien, todo está bien. ¿Qué ocurre? Amigos. Sus amigos. Sonrio. Bromas, bromas que no me hacen gracia. Sigue sonriendo. Él se rie. Riete tú también. Ahora entabla conversación. Él se va. Te quedas sola. ¿Con quién hablas? Él, él mismo. Te ries, intentas encajar. Él vuelve y abruptamente te atrae, posesivamente. Con la mirada te regaña: ''¡No sonrias a otros! ¡No seas feliz! ¡Eres mia!'' No sonrias, no vuelvas a sonreir. Ya a solas, él te recrimina. ¡Demasiado seria! ¡Seria! ¿Por qué? ¿No me dijo? No...no lo entiendo. ¡Quiere verme! Genial. ¡Lo pasaremos genial! Estoy deseandolo. Le preguntaré por sus amigos, lo que ha hecho. ¡Sí! Seguro le ha ido bien. No me llama, no se conecta. ¿Dónde está? Esperaré. Nada. ¿Por qué? Se ha olvidado de mi. ¿O es qué ya , ya...? Ya no lo soporto. ¡Llora! ¡Llora! Él no lo sabrá. Él nunca lo sabe. Lo vuelves a ver, no se lo recrimines. Déjalo pasar. Preguntale que tal le fue. Sonrie. No puedes. Duele que te cuente que se olvidó de tí. Duele, duele, duele. ¡Ah! Quiero llorar, no, no lo hagas. ¡Se preocupará! Sonrie, no, no. ¡Te he dicho que no llores! ¡Mierda! ¡Se ha enfadado! ¡Cálmalo! ¡Rápido! Mierda, se lo reprocha. ¡No! No es tú culpa. Imbecíl, mira lo que haces. ¿Esto era lo qué querías? ¡Vete al infierno! ¡Él era mejor sin tí! Él, él, lo pasa mejor con otros. Tú solo lo haces enfadar. ¡Él estaba mejor sin tí! ¡Déjalo! Nunca, ¡nunca! Lo sabes. ¡Nunca! Ahora nos enfadamos, otra vez. ¡Cómo siempre! ¡Nunca seremos felices! Nunca. Él no confía en tí. Tu no te quieres ni a ti misma. ¡No podrás querer nunca a nadie! ¡A nadie te digo! Eres inserbible. ¡Oh!, no, mentira. Él se acerca. Quiere calor. Tan solo calor. ¿De verad? No. Me ama. ¿Verdad? Sí, lo sé. Sonrio, feliz. Vuelve la calma, la felicidad. Hacemos el amor, después de acabar, se va. ¿A dónde? No mires, volverá. ¡Lo sé! No te preocupes. No vuelve. Ahora sí, me abraza. ¿Otra vez? ¿Quiere otra vez? Es que, es que ¿solo sirvo para eso? Niegate, no, sí, no, sí, no. ¡Bah! Al final ganará él, ¡oh! No , me ha dejado ganar. Pe...pero se ha vuelto a ir. Sola, sola, sola, sola, sola sola so.... ¡Siempre te han querido para eso! ¡y siempre te querrán! ¡No sirver ni para cenar en familia! ¡Puta!¡Puta!¡Puta!¡Puta!¡Puta! Lo acompañar a todos lados como su puta personal. ¿Esperas algo? Muerete esperándolo. Amale, amale, él lo hará, lo hará cuando quiera hacerlo y luego te olvidará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario