viernes, 15 de mayo de 2009

El calor del invierno

No habría pasado mucho desde que Misako habia decidido que no volveria a confiar en nadie más salvo en ella misma. Que no volveria a sonreir delante de nadie y que por ninguna razón, sentiria algo especial por otra persona. Estaba decidida a entrar en la revista mas importante de Barcelona, y ahora que lo habia conseguido nada podria perjudicar su postura en la agencia, y mucho menos sus proximos ascensos, que estaba segura que iba a conseguir.

Su trabajo era muy facil para ella, consiguio destacar y muy pronto fué ascendida dos cargos por encima. Ya tenia sus ascensos los que ella tanto habia anhelado.

Una mañana un hombre alto, moreno y de tez palida entró a su despacho sin llamar. Ella se sobresalto al escuchar el portazo, pero eso no fué lo unico que le asusto. El hombre empezo a chillarle cosas que ella no entendia. El hombre hablaba deprisa y a ella aún le costaba entender la lengua. Se sentia cohibida por esos ojos azulesverdoso que la observaban con ira. Sin pensarselo dos veces pulso el boton de seguridad. Al momento dos guardias se llevaron al hombre, qe seguia gritando palabras inconprendidas, y forcegeaba con los guardias.

Nadie volvio para aclararle a Misako que habia pasado. A la salida del tabajo, como siempre, cruzó la gran plaza que a esas horas siempre estaba desbordada de niñatos bebedores que la miraban con espectacion. Bajo la mirada y se concentro en caminar más rapido. Al volver la vista al frente vio una figura en la entrada de su edificio. A medida que se acercaba, la figura le parecia mas y mas conocida. Hasta que cuando ya estuvo a un metro de distancia pudo darse cuenta de quien le aguardaba. El mismo hombre de esa mañana estaba a menos de un metro de ella. Podia intentar correr pero seguro la alcanzaria, y ¿gritar?. Se vio seducida por la curiosidad.
-¿Que queria?- Su acento japones hizo qe la pregunta sonara como un viento calido y respetuoso.

El hombre se encojio de hombros, hizo un leve gesto con la cabeza y Misako perdio la vista.

Cuando desperto se encontraba en la habitacion de un motel. El olor a tabaco era insoportable. Una diminuta llama brillaba en el fondo de la habitacion. Intento hablar pero no podia, se llevo la mano derecha a el cuello y noto una cicatriz. Dio un grito ahogado, la voz no podia salir de su boca. Habia decidido no volver a rebajarse, ahora se habia confiado de la persona que no debia. Intento incorporarse pero las piernas no la sujetaban. La llama comenzo a desplazarse hasta apagarse. Una voz ronca se escucho.

-Tú me quitaste mi trabajo, mi empresa, mi vida. Tu , una simple extranjera, pudo ser capaz de tirarme a lo mas bajo de la cadena. Nunca te lo perdonare.

Un silencio inundo la sala. Las lagrima corrian por las mejillas de Misako.-¿que quires de mi? - Le hubiese gustado preguntar, pero no podia.
-Como has podido comprobar, ya no puedes hablar.-se escucho la risa del hombre.- Me encargare de que tu vida no sea como antes. Puta japonesa.- Un escupitajo le llego a Misako, entonces se dio cuenta de que el hombre estaba a menos e 5 centimetros de ella. Una diminuta luz se colo por entre las persianas, la luz ilumino la supliante mirada de Misako. Sus ojos grises reflejaban el temor que sentia.
El hombre se alejo de ella y se marcho. En breve se volvio a escuchar las pisadas, minutos mas tarde, Misako sintio como un tacto frio le acariciaba la piel y mientras pasaba, se llevaba consigo minusculos trozos de piel.


De un sobresalto salio de la cama empapada. Los rayos del sol se colaban por la ventana. El despertador sonaba y su corazon iba a mil. Miro a el otro extremo de la cama. Y a ahi estaba él. Se acerco a su pecho y le besó el cuello. Todo había sido un sueño, no podria haber hecho algo asi su querido amor. Apoyada sobre su pecho, noto qe no respiraba. Alarmada, giro el cuerpo de él y vio como su cuello estaba rajado, su mano derecha estaba despellejada y sus ojos suplicaban piedad. Misako se acurruco en un lado de la habitacion y decidio que nunca mas confiaria en nadie, que jamás volveria a sonreir y que nunca volveria a sentir nada por otra persona.

3 comentarios:

  1. Carii..

    ... Quiero escribir como tú!-^^-

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  2. increiblemente increible,si señorita,asi se escribe,tienes don ^^',pues nada,un honor comentar aki y akí tienes aun bloguero mas para conocer,un cordial saludo

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